viernes, 21 de noviembre de 2014

La campesina – Alberto Moravia


Alberto Moravia (1907-1990)
Durante la Italia de la Segunda Guerra Mundial, Cesira, una madre viuda y con fuerte carácter, propietaria de una pequeña tienda en Roma, decide abandonar su casa en la ciudad junto con su hija Rosetta –joven muy inocente que no llega a los veinte– para marchar a su pueblo natal en el campo, a medio camino entre la ciudad papal y Nápoles, con la esperanza de pasar la guerra lejos de los bombardeos y de las batallas que se darán sin duda en la capital. Con tal planteamiento, y sin más equipaje que unas pocas ropas y dinero ahorrado, las dos mujeres parten solas –sin saberlo– hacia la línea del frente. Y ahí es donde tan prudente plan se vuelve contra ellas y empieza una peripecia en la que las dos mujeres se enfrentan solas a la multitud de peligros que entrañan las zonas desoladas y cercanas a la línea del frente. Su búsqueda de refugio devendrá en realidad una lucha contra la realidad y contra la desesperación, con un desgarro final que cambiará sus vidas para siempre.

Esta novela de Alberto Moravia, que es considerada un clásico en Italia hasta al punto de ser llevada al cine, no tuvo tanta resonancia en España, conteniendo, no obstante, un relato conmovedor que no dejará indiferente a nadie que la lea. La constante sensación de peligro y violencia –magníficamente recreada y aumentada por la condición femenina de las protagonistas– lleva aparejada la incertidumbre total sobre futuro de madre e hija en un entorno muy hostil en el que ellas son forasteras y en el que campesinos y refugiados tratan de obtener algún beneficio a costa de aquellos aún más desgraciados que ellos.

Edición de Debolsillo, 2005 
Una novela muy amena en qué la acción transcurre en medio de ningún sitio, donde madre e hija no pueden sino esperar un desenlace sobre el que ellas no pueden influir y que poco a poco las consume, y que cuando finalmente parecía renacer la esperanza para mejorar su situación, deviene una fatalidad que separará irremisiblemente el alma de las dos mujeres. La narración se convierte, pues, en el estudio de la condición existencial humana, de cómo la violencia y la guerra cambian para siempre un país y las personas mismas; es el estudio de las relaciones familiares de supervivencia y la psicología del individuo acosado que muta sus convicciones ante la evidencia de los hechos consumados –personificados en la violencia– convirtiéndose la transformación de la personalidad en uno de los ejes del relato y que lo hacen sumamente interesante.


Por lo demás, La Campesina es una novela con un estilo literario bastante ameno que busca analizar el alma de la población civil italiana durante la guerra, así como las circunstancias sociales y económicas que conllevaron a la ocupación alemana de la península y sus devastadores efectos, así como la decepción que siguió al triunfo de los aliados. Con calculado realismo, la novela también se detiene en bastantes ocasiones a analizar aspectos y retazos de esta época, que denotan la documentación y conocimiento de Alberto Moravia sobre lo que escribe. Nos hallamos, pues, ante una buena novela de uno de los autores más consagrados de Italia en el siglo XX que hará reflexionar al lector sobre un buen número de circunstancias alrededor de nuestra existencia y condición.

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